Circulan en las redes sociales videos donde varias mujeres afirman que tras vacunarse contra la COVID-19 experimentaron un aumento del tamaño de sus pechos.
El video más viral registrado por Chequeado corresponde a la usuaria de Tik Tok @vincenzena que, en un video en inglés con más de 600 mil “Me gusta”y 34 mil compartidos publicado el 8 de junio último, muestra imágenes suyas supuestamente tomadas antes y después de recibir la vacuna de Pfizer.
Otro video viral fue el de la usuaria @ellemarshalll, cuya grabación publicada el 4 de julio último contó con más de 70 mil “Me gusta” y más de 7.500 compartidos. “Toda mi vida use un corpiño copa A. Después de recibir la vacuna de Pfizer mis pechos aumentaron casi 2 talles”, dice en el video.
A nivel local, algunos medios replicaron los videos y/o reportes de otras mujeres que se sorprendieron por el aumento de sus senos. Otros usuarios de Tik Tok también lo replicaron, con más de 5 mil compartidos en esa plataforma. En YouTube Chequeado registró un video con al menos 1.500 compartidos.
Sin embargo, los médicos consultados por este medio explicaron que no se trata de un aumento permanente de las mamas sino de una inflamación temporal de los ganglios linfáticos de las axilas que puede generar una tensión extra en las mamas.
Esto puede ocurrir como efecto secundario de la vacuna COVID-19 o de cualquier otra vacuna pero, por lo general, se resuelve a los 15 días post vacunación.
Cambios transitorios
“Las vacunas de por sí no pueden provocar como efecto secundario un aumento permanente de las mamas. Lo que ocurre es que los ganglios de la axila -del lado donde generalmente se realizó la inyección- pueden inflamarse como respuesta del sistema inmunológico a la vacuna COVID-19 o a cualquier otra vacuna”, explicó a Chequeado Luciano Cassab, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Mastología y jefe de la Sección Mastología del Hospital César Milstein.
“Esa reacción inflamatoria puede provocar un aumento ganglionar y en algunas pacientes se puede producir un bloqueo linfático. Como el drenaje de las glándulas mamarias es a nivel de los ganglios, si se produce un bloqueo linfático eso hace que se edematice (se inflame) la glándula mamaria y se vea más grande. Pero eso dura 15 días y esa inflamación se resuelve y la mama vuelve a su estado normal”, agregó Cassab.
El especialista explicó que pasa lo mismo cuando las mujeres tienen un estado pre menstrual: por una reacción hormonal (altos niveles de estrógenos y progesterona), la mama se edematiza y se ve más grande. Luego de la menstruación (cuando bajan las hormonas), se termina esa sensación, se desinflama la mama y vuelve a su estado natural.
Un efecto adverso conocido
La adenopatía o linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos) es un evento adverso conocido asociado con varias vacunas, como la de la gripe o la BCG. Según los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), con la vacuna de Moderna contra la COVID-19 ocurre en el 11,6% de las personas menores de 65 años que recibieron su primera dosis y en el 16% de las que recibieron su segunda dosis (no hay hasta el momento estudios publicados con otras vacunas).
“La inflamación de las mamas y los ganglios está descrito que puede suceder por el uso de las vacunas contra la COVID-19 y con todas las vacunas en general, aunque no hay estudios bien definidos realizados. En mi experiencia he visto pacientes con ganglios inflamados post vacuna y a nivel de sus mamas”, contó a Chequeado Carola Allemand, experta en Mastología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
“En principio, ante la posibilidad de un ganglio inflamado o de una infección a nivel de las mamas, uno hace estudios dirigidos para diferenciar de qué se puede tratar. Se evalúa a cada mujer en particular. Pero muchas veces es simplemente esperar un tiempo y ver que pasa. Si es a causa de las vacunas esto debería ser transitorio, estar un tiempo así y después volver a la normalidad”, agregó.
De hecho, los médicos consultados por Chequeado y la Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de la Mama recomiendan con respecto a mujeres que tuvieron cáncer de mama, que los estudios (ecografia, mamografia) se realicen recién al mes de aplicada la vacuna e, incluso, que se administre en el brazo contralateral de la mama operada para no generar confusión al momento de la evaluación. En el resto de las mujeres, lo ideal es hacerse estudios antes de la vacuna o al mes siguiente, así como consignar el antecedente de la vacunación reciente.
“La misma reacción inflamatoria que se produce en los ganglios axilares, producto de la respuesta inmunitaria de la vacuna, puede generar una tensión extra en la mama producto de un bloqueo linfático que cede a los 15 días de la vacunación. Esto no debe alarmar a nadie, sino entender que puede ser factible en el proceso de inmunización”, concluyó Cassab y remarcó que todas las vacunas contra el coronavirus son seguras y no están contraindicadas en pacientes con cáncer de mama.
Por Florencia Ballarino
Fuente: Chequeado - Acceda aquí para leer el artículo original.