Biopsias líquidas, tests genéticos y alcances de la radiocirugía fueron algunos de los temas abordados en un simposio internacional. Buscan combinar distintos avances para mejorar la calidad de vida durante y después del tratamiento.
Es sabido que el cáncer no es una sola enfermedad sino un conjunto de ellas que tienen como denominador común un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células. Pueden aparecer en diferentes partes del cuerpo y un porcentaje importante puede curarse mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia, especialmente si se detectan en una fase temprana. Otros pueden tener más posibilidades de reaparecer, de acuerdo al perfil genético del tumor. Ante tantas variantes no existe un único tratamiento. A su vez, cada terapia está en constante avance, al punto de que se habla cada vez más de tratamientos “a medida”.
Lograr el mejor resultado terapéutico a la par de pensar en la mejor calidad de vida para cada paciente fue el eje de un encuentro internacional realizado en Córdoba organizado por el Instituto Zunino y la Fundación Marie Curie titulado “De las prácticas a las bases teóricas”. El evento, que convocó a 80 expositores del ámbito local y extranjero, incluyó desde un taller multidisciplinario sobre cáncer de mama, otro sobre planificación y control de calidad para la radiocirugía, un simposio de cáncer ginecológico y un taller para tecnólogos.
Uno de los disertantes fue el doctor Eduardo González, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología quien habló de la importancia de que “el tratamiento del cáncer de mama sea multidisciplinario, desde el momento de detección a una posible reconstrucción” y enfatizó en el concepto de las unidades de mastología tanto a paredes cerradas (como ocurre en el Instituto de Oncología Ángel H. Roffo de la Ciudad de Buenos Aires, en el que profesionales de distintas especialidades abordan un caso en el mismo lugar) o bien las unidades de mastología a puertas abiertas, como ocurre en Córdoba. De ese modo, con planeamiento y comunicación, se apunta a alcanzar “tratamientos consensuados en los que se disminuya el riesgo de agresividad, sin bajar la seguridad, con el foco puesto la calidad de vida”.
En distintas mesas se compartieron avances que ya están disponibles en el país y si bien falta para que lleguen en forma extendida, se hacen cada vez más presentes. La doctora Silvia Zunino presidenta de la Fundación Marie Curie organizadora del encuentro y también del Instituto Zunino, ambos con sede en Córdoba, destacó la importancia de “los encuentros entre colegas y la capacitación, con el fin de que la tecnología y la ciencia llegue a la gente”.
Radiocirugía y esterostaxia, en constante avance
En 2008, la doctora Zunino fue la primera médica en el país que compró para su instituto el primer aparato de radioterapia de intensidad modulada (IMRT), que administra en forma segura dosis precisas de radiación a un tumor, al mismo tiempo que se reduce al mínimo la dosis que recibe el tejido normal circundante. Esta tecnología “cambió la historia de la radioterapia tradicional en la que la radiación no estaba dirigida”, señaló a periodistas para luego detallar sus avances: al sumarse un software se pudo ser más preciso “y dirigir radiación de altas dosis a puntos específicos para atacar determinados tipos de lesiones”. Este concepto fue denominado radiocirugía “más allá de que no haya nada quirúrgico en ello” y su nombre en inglés es “gamma knife”, lo que en español se traduce como radiocirugía con bisturí de rayos gama.
Este aparato, también presente en centros de alto nivel de Buenos Aires como el FLENI, se utiliza para tumores específicos ubicados en el cerebro, entre ellos los hipofisiarios, así como también el neuroma acústico, la neuralgia del trigémino y las alteraciones arteriovenosas. “En las operaciones cerebrales existía mucha morbilidad, entonces se pensó en apuntar toda la radiación a un mismo blanco en fuertes dosis. Esta maquinaria es excelente porque permitió curar sin bisturí, pero se usa para pocos tumores y de pequeños tamaños. Sin embargo ahora, gracias a los avances se pueden ajustar más los volúmenes para llegar a algunos más grandes”, indicó Zunino.
Cuando esta técnica se usa para tumores localizados por fuera del cerebro, se demonima esterostaxia o radioterapia estereotáxica extracraneal (SBRT, por su sigla en inglés). Se trata de una estrategia de irradiación de alta precisión que permite irradiar con dosis ablativas lesiones localizadas como tumores o metástasis pulmonares, hepáticas, vertebrales, suprarrenales, además de tumores de páncreas, próstata o cabeza y cuello.
“En Argentina tenemos excelente nivel en materia de radiocirugía y esterostaxia y trabajamos para que cada vez más obras sociales los cubran, ya que los costos son elevados incluso para los centros que disponen de estos aparatos. También apuntamos a que se trabaje más en capacitación, ya que de ese modo podemos tratar lesiones difíciles de llegar por bisturí y preservar la mayor cantidad de tejido sano”, destacó Zunino.
Biopsia líquida
Se trata de una prueba que se realiza en una muestra de sangre con el fin de buscar células cancerosas tumorales o trozos de ADN de las células tumorales que circulan por el torrente sanguíneo. Si bien se puede utilizar para ayudar a encontrar un cáncer en un estadio temprano, también sirve para planificar el tratamiento, determinar su eficacia y averiguar si el cáncer regresó. A la vez, se emplea para entender los cambios moleculares que ocurren en un tumor. Como distintas empresas ya están trabajando en este método, surgió la necesidad de unificar criterios, sobre todo si de interpretación se habla. Por eso se creó a nivel mundial la Sociedad Internacional de Biopsia Líquida y su vicepresidente, el doctor Christian Rolfo, fue uno de invitados extranjeros durante el encuentro en la capital cordobesa.
“La biopsia líquida es un concepto nuevo mínimamente invasivo para detectar una mutación, o la resistencia a un tratamiento y nuestra sociedad se creó con el fin de lograr homogeneidad de métodos. Los costos de esta tecnología pueden rondar los u$s 4.000 o más y en EEUU ya se usan estos métodos de manera asistencial, pero en pacientes que están en protocolos de investigación”, detalló Rolfo. A su vez especificó que los costos varían de acuerdo a los paneles de interpretación para las biopsias, ya que para el cáncer de pulmón con determinadas mutaciones los hay de 73 genes, pero para inmunoterapia pueden haber paneles de más de 500.
A su turno el doctor Luis Martínez, quien trabaja en el Instituto Modelo Privado de Ginecología y Obstetricia (IMGO) y también es docente de la Universidad Nacional de Córdoba, confirmó que en Argentina este método también se limita a pacientes en ensayos clínicos. Y remarcó que no reemplaza a la biopsia tradicional (que se usa como diagnóstico primario), sino que la complementa (ya que puede llegar a determinar el mecanismo de resistencia de un tumor y las mutaciones específicas para hallar una terapia dirigida).
Pruebas genómicas para perfilar el cáncer de mama
¿Podrían algunas mujeres estar recibiendo quimioterapia cuando en verdad bastaría que sólo recibieran un comprimido diario? Esa fue la pregunta de una mesa sobre el uso de plataformas genómicas para guiar la mejor estrategia adyuvante, a cargo del doctor Mario De Romedi. “Se puede curar un cáncer de mama con cirugía, si lo que se extrae un tumor pequeño, hormonodependiente, con ganglios axilares negativos y con mutaciones como el HER2 negativas. Sin embargo, en un porcentaje de los casos la enfermedad vuelve a aparecer. En ese sentido las mujeres deben realizar un tratamiento post operatorio. El tema es saber cuál elegimos”, aclaró De Romedi, quien trabaja en la Clínica Sucre y en el Instituto Modelo Privado de Ginecología y Obstetricia (IMGO), ambos en la ciudad de Córdoba.
Para ayudar a elegir si una mujer con un tumor de bajo riesgo necesita quimioterapia (que se sabe, tiene efectos secundarios por su toxicidad) o bien con un comprimido diario de tamoxifeno es suficiente “existe una prueba que marca un score de recurrencia de la enfermedad y que puede indicarse a mujeres con tumores de uno a cinco centímetros, con receptores hormonales positivos y axilas negativas”, indicó De Romedi.
El médico explicó que la prueba marca un score de 0 a 100. “Se divide en tres pronósticos, el de buen pronóstico que es de una recurrencia de 0 a 11, el intermedio que es de 11 a 25 y el grupo de mayor pronóstico de recurrencia, que es de 26 a 100. De acuerdo con este test, las pacientes que presentan un score de 0 a 11 sólo deberían tomar tamoxifeno, por lo que deberían hacer quimioterapia y rayos las restantes. Sin embargo, ya hay estudios en EEUU que muestran que incluso las mujeres con un score intermedio tampoco necesitarían quimioterapia y que sólo debería ser administrada a los grupos de alto riesgo”, explicitó el médico.
Los costos y el conocimiento son también de las principales barreras para estas pruebas. Pero la tecnología avanza y los profesionales dialogan con el fin de mejorar la calidad de vida de las pacientes no sólo con una visión futura, sino también mientras transitan el tratamiento.
Fuente: Ámbito.com
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